lunes, 4 de enero de 2016

¿QUE HORA ES?

¿Qué hora es en la Francmasonería? Mas luminosa, intensa y clara. A menudo nos descorazonamos y nos dejamos llevar por el pesimismo; pero en medio de todos los errores y los tropiezos aparece el alba de un día mejor, cuando veremos a las obras benéficas de la Francmasonería brillar con esplendor refulgente. La Francmasonería crece en poder y beneficencia. Como sus principios inmortales radican en el corazón y la mente humanos, florecen en la bondad y dan su fruto hesperídeo de caridad a todos los hombres. Y por mas que puedan verse algunos vagabundos en el sendero de la Francmasonería, hoy como nunca, hay muchos mas que laboran en cuerpo y alma en el ámbito masónico, preñado de tesoros.


La Francmasonería significa hoy algo mas que aplausos negativos y principios negativos; se mantiene preeminente como un poder vivo, irresistible, cuyo fin y mira es la exaltación del hombre y gloria "YO SOY EL QUE SOY". Nuestros antiguos hermanos viajaron de la Babilonia a Jerusalem – de la esclavitud a la libertad - con vista a un firme propósito. ¿Cual era aquel deseo predominante en sus corazones? ¿En que se fundaba el celo que los movió a sobrellevar las pruebas y rigores de aquella penosa jornada? dejémoslos hablar: "Para ayudar en el noble y glorioso trabajo de reconstruir nuestra Ciudad y Templo del Señor". Era Trabajo y mas Trabajo. No era ocio ni molicie.

Mas en la construcción de esta Ciudad de la Hermandad del Hombre y del Templo Espiritual nuestro, ¿que porción del trabajo estáis dispuesto a desempeñar? ¿deseáis desbastar la piedra bruta? ¿Estáis deseoso de llevar una carga? ¿Deseáis trabajar en las cepas y asentar las piedras de cimentación, lejos de la mirada y el aplauso del hombre?La Masonería del Real Arco nos pregunta: ¿Qué porción del trabajo estáis deseosos de desempeñar? "Podríais contestar que, debido a vuestra posición social, desearíais llevar el yelmo emplumado del Capitán de la Hueste, o, tomando en cuenta vuestra riqueza y dignidad, quisierais llevar la corona y ser el Rey, o, que siendo un príncipe entre las buenas personas, llevariais la Mitra. Pero ¿donde están los que pidan la barra, el zapapico y la pala?

La Masonería del Real Arco contestara: Cualquier porción del trabajo, por humilde que sea. Es un servicio voluntario, servicio de abnegación personal, pero que forma gran parte del total; auto glorificado solo como sacrificio por todos. Si hay alguna gran verdad que la Masonería del Real Arco enseña sobre todas las demás, es la de que el trabajo es honroso, por humilde que sea. Que quien deba llevar la corona debe ganarla. Que quien deba mandar debe antes aprender a obedecer. Que aquel que entre el sanctum sanctorum del genio de la Masonería del Real Arco deberá hacerlo por medio del abnegado esfuerzo, y las bisagras de sus puertas giraran al abrirse para el peón como para el príncipe, para el súbdito como para el Rey.

¿Mas cuales son los emolumentos de tan penosa jornada y labor? ¿Se trata de algún sueldo principesco, o los honores de la distinción oficial? Nuevamente viene la respuesta: "Sin esperanza de pago o recompensa". Implica un servicio voluntario desprovisto de paga o premio. Es faena desinteresada. Los emolumentos de la Masonería del Real Arco no son por alquilar nuestro trabajo, sino por cumplir con nuestro deber. El espíritu del egoísmo esta en alquilar, mas el del desinterés esta en amar.

Si en caridad quitamos el escombro de las esperanzas fallidas, ¿no podremos descubrir la devela de la bóveda secreta de los misterios de un canto mas dulce, y aspiraciones mas nobles? ¿Y cual es nuestra recompensa?

Si en amor ayudamos a un hermano desfalleciente a sentar un mejor cimiento para el Templo de su vida, ¿cual será nuestra recompensa?

Si en bondad extendemos la mano al fatigado viador en su penosa marcha por los abruptos senderos hacia la nueva Jerusalem, ¿cual es nuestra recompensa?

Si en buena voluntad animamos a los tristes, estimulamos a los que se detienen, y recogemos a los descarriados, ¿cual será nuestra recompensa?

Si en amor llevamos en la mano comida al hambriento y alojamos a quien no tiene un techo, ¿cual será nuestra recompensa? Contestad a la luz de vuestra conciencia y por los apremios de lo mejor de vuestro ser.

De tales es la labor de la Masonería del Real Arco; ancha como el mundo, profunda como el amor de Dios, coexistente con la eternidad, y tan "bella como los pies de Aquel que trajo las olas del bien, que difundió la paz".

Traducción revisada bajo la vigilancia de los Compañeros ALEXANDER G. WYGARD, Gran Maestro General del Tercer Velo y FULVIO ZAMA G. Secretario del Gran Capitulo de los Estados Unidos Mexicanos 1963.

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